miércoles, 4 de febrero de 2009

PUTAS

- …todas las mujeres son unas putas.

Sin duda, hay oraciones con el poder atávico de provocar la total comunión entre dos hombres. Sobre todo después de una buena comida, tres copas de pacharán y de que mi amigo me preguntara como iban las relaciones con mi ex.

Llegué a casa de Mario en la sierra. Un piso no muy grande de dos habitaciones en una de las cuales me alojó. La estancia, atestada de cajas con libros, tenía una cama desde la que se divisaban los montes. Iba a ser agradable despertar allí.

- Espero que no te molesten las cajas. Llevo aquí ya un año y no he tenido tiempo de ordenar la biblioteca. Creo que estoy esperando a la jubilación- se disculpó y marchamos a comer.

La cercanía de la materia prima es señal de que uno disfrutará de un buen almuerzo y entre los dos diezmamos las ganaderías que pacían en los pastos cercanos. Charlamos e interrogué a Mario sobre la lamentable adaptación al cine de su novela.

- Sabía que sería una mierda pero me ha permitido cumplir con mi anhelo de establecerme en el campo. ¿Qué otras opciones tiene una película en este país si no trata sobre la guerra civil? Pero si te soy sincero me importa un bledo: yo escribí una novela, no una película. Que por carambola las facturas me las pague el cine en lugar de los libros es algo que no me quita el sueño. Al menos no rodaron un thriller erótico.

Mario me estuvo explicando hacia dónde debía encaminar mis investigaciones: una granja naturista en las afueras de Mingorriana. Allí se asentaba una comuna que se pretendía autosuficiente, aunque no lo era tanto y solían bajar al pueblo a comerciar con huevos, hortalizas y artesanía. En una de esas fue donde Mario creyó reconocer a Valeria. Husmearía por allí tan pronto digiriese el efecto de los pacharanes.

Igual que le había pasado con la vida en la urbe, Mario se había cansado del perfil femenino habitual de los círculos intelectuales, plagado de neuróticas dueñas de su vagina, y había decidido buscar la sencillez. Le pregunté por Aurora, la chavala del pueblo con la que se veía:

- Lo dicho, Pardo, todas unas putas.

- Salud, amigo.