jueves, 26 de marzo de 2009

INTERLUDIO

Mario se encontraba enfrascado en lecturas sobre melanocitos cuando sonó el teléfono. Era Pardo.

- ¿Qué pasa, tío? Llevas tres días sin aparecer por aquí. Estaba a punto de avisar a la policía.

- Tranquilo– La voz sonaba extraña por culpa de la cobertura.- He tenido que venir a la ciudad para seguir una pista. No te preocupes por mis cosas regresaré pronto a por ellas.

- Vale, vale, tú a lo tuyo. Vuelve cuando quieras.

- Hablamos.

- Ciao.

Y Mario siguió leyendo tranquilamente.